Historias del Protocolo XVI – Con motivo de la celebración del Día del Notario
El Dr. Herman Mora nos comparte esta reflexión muy oportuna dada la celebración reciente del Día Internacional del Notariado Latino.
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«Estimados estudiantes,
Solo sé lo que me he equivocado, ya que los aciertos me han enseñado poco. Son los errores, si lo veo bien, los que me han formado. Luego, he visto que tal vez ni errores eran, sino piedras en el camino, que sabemos, plano no es.
Alumno significa sin luz, aquel que no tiene brillo, que debe ser iluminado, es decir formado. Pero he aprendido de ustedes, mis estudiantes, tanto como de mis profesores porque se puede aprender de la más humilde de las personas. El ego enseña poco porque nos hace tontos, además de ciegos, ya que no nos deja entender, ni nos ofrece visión para comprender.
Expulsen a ese tirano que tenemos dentro, aquél que les achaca día a día la culpa, de lo que hicimos mal, nuestros errores. Estar atemorizado y sentirse culpable es de las más desagradables sensaciones y ayuda muy poco. Además .¿quién no se equivoca?
Pero no hagamos de los errores una regla, sino una excepción, ya que si nos equivocamos seremos humanos, si lo hacemos siempre, seremos negligentes y hasta perversos. Además, la vida se mide por sus saldos, no solo por una acción u omisión.
Si deseamos amasar una fortuna, no seamos notarios, al menos no en nuestro medio, no da para eso. Y es que somos ebanistas de la escritura, no pertenecemos a la industria de los formularios. Trabajamos en el taller del cartulario, no en el “mall” febril de la manufactura de machotes.
Asumamos nuestra función con alegría, y estímulo, pero con cuidado, orden, organización y estudio. Indaguemos en el negocio y sus intenciones, sin ser necios, sino facilitadores, pero asumiendo lo que vamos a hacer, no sigamos la formula, sino nuestra conciencia con estudio, y cuidado. Revisemos lo que hacemos, siempre examinemos. Y especialmente atrevámonos a decir que no, cuando es menester.
No seamos osados, ni atrevidos, nuestra función es de prudencia y mesura. Para ser temerarios podemos dedicarnos a otra cosa.
Sigan su conciencia, defiendan sus ideales pero con la cabeza, no siguiendo a una parvada de temperamentos. Sepan diferenciar lo que es una causa de una majadería.
Ordenen la vida como se ordena la agenda, sin obsesión pero con responsabilidad y orden. Vivamos con conciencia los días y tendremos serenidad por las noches.
Ejerzamos la función de notarios con nobleza, decisión, señorío y vocación, ya que en nuestro país es lo que más falta: conciencia y vocación. De ser así, hasta lo disfrutaremos, que es como decir no trabajar.
Aceptémoslo: estamos condenados a ser libres, podemos dedicarnos a otras cosas, otras profesiones, si asumimos ésta, asumiremos como una vez me dijeron, un ministerio, pero a la vez un apostolado. Nuestra función es especialmente vital y estratégica en una sociedad, y deviene del sentido común, donde lo que ofrecemos es la más apetitosa de las sensaciones humanas, la seguridad.
Vivamos felices no siervos menguados de nuestros desaciertos e indecisiones, ya que el notario costarricense tiene un importante desafío con la calidad, con mejorar, con hacerlo cada día más alto, con lo sublime.
Ustedes inician su carrera, despliegan sus alas, realizan sus primeras incursiones, háganlo con precaución y vigilancia. Yo estoy en el vértice de mi profesión, pero es más lo que he vivido, de lo que viviré, y es así por lo que creo, podrán apreciar este mensaje.
Es el notariado la disciplina que más se parece a nuestras vidas. A lo que ellas deberían ser. Una vida que se vive mejor si se asume con coincidencia, orden y cuidado. Seamos hombres y mujeres de buena voluntad, ejerzamos noblemente nuestra función que es esencial y absolutamente humana como lo son las concordancias de las voluntades, que descansarán sobre ustedes.
Solo sé que me he equivocado.
Muchas gracias.»
Herman Mora • 08 octubre, 2016
Estimados Amigos.
No esperaba tan emotivas palabras… Llegan a tuétano de mi espíritu. Gracias por las expresiones, que especialmente son muestras de afecto, y así las tomo. Socrates decía lo importante de los reconocimientos no es recibirlos, sino merecerlos. Si hablamos de errores y desaciertos, créanme… tengo mucho que contar.
Pero lo que mas me entusiasma, , es ver como gente bien intencionada, Vilma, Ligia, la estudiante Adreina, Antonio, expresan sus opiniones, y como amigos de otros países, como Chary, Karen, Mary, Jorge, en fin…. se van unen o a expresar sus opiniones. Ya que es claro que una sola persona, no crea una cultura, una tendencia, ni si quiera una idea. Si lo vemos bien en nuestros empeños e iniciativas, participan muchos. Creo que en mi caso lo único que es verdaderamente mio, y me pertenecen son mi errores.
Si expresamos las ideas bien dirigidas, bien intencionadas estamos construyendo, nos convertimos en seres de creación. Por otro lado, las ideas mal intencionadas, solo destruyen, y eso lo hace cualquiera.
Muchísimas gracias. Y todos