Historias de Protocolo II. Eximentes de la responsabilidad notarial

Transcribimos a continuación,  la segunda entrega de esta colección de anécdotas y comentarios que gentilmente nos ha ofrecido el Dr. Herman Mora Vargas   Su primer artículo, la semana pasada, fue muy bien recibido: ( http://www.puntojuridico.com/historias-del-protocolo/ ) Los invitamos también a participar con sus opiniones, las cuales enriquecerán aún más este foro. ———————————————– “Sin tenerlo muy claro […]

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Experto en Derecho Notarial. Coredactor del Código Notarial. Redactor del Libro Manual de Derecho Notarial. Miembro de la Academia Notarial Americana. Profesor universitario en varias universidades de América Latina.Master Lex no hace necesariamente suyas, las opiniones o comentarios que se publican en este foro. Ofrecemos el espacio como un servicio a nuestra comunidad de suscriptores. No se admiten comentarios contrarios a las leyes o injuriosos. Nos reservamos el derecho de eliminar aquéllos que consideremos inapropiados, así como de editar o eliminar cualquier documento, información u otro componente que aparezca en esta publicación. La veracidad de la información es responsabilidad de las fuentes citadas.

11 de 11 Comentarios

  1. yesenia rojas • 21 febrero, 2016

    Sumamente interesante y aplicable a cualquier profesión, no solo por lo que nos corresponde sino por lo que nos apasiona, como abogados, muchas materias y casos no son lo nuestro y cuanto mas sabio saber decir que no. Como Notarios la cosa cambia, en muchos casos estamos obligados a actuar, y eso me recuerdo las palabras de un amigo defensor publico, cuando me dijo una vez, al menos usted puede decir si defiende o no a un imputado, yo debo hacerlo como inocente si insiste en ello aun sabiendo que es culpable.

  2. Herman Mora • 29 enero, 2016

    Estimados amigos.
    Realmente me emociona sentir que estas reflexiones provocan precisamente eso, reflexionar, interiorizar, es decir:Tomar conciencia. Una frase que he citado muchas veces proviene de Maria Teresa de Calcuta. “El problema de la pobreza no es la falta de dinero, sino la falta de conciencia.” Una de nuestras realidades de nuestra profesión implica el interiorizar a cada segundo lo que debemos hacer. en el notariado no admiten actos mecánicos sino prudenciales. Sin embargo soy fiel creyente de aquello que es un derecho universal. El derecho al error. Todos nos equivocamos. Pero no hagamos del error nuestro modo operan di. DE NUEVO MUCHAS GRACIAS A TODOS.

  3. Edgar Alvarado Luna • 28 enero, 2016

    Excelente artículo don Herman. Pero el decir que no también se convierte en un arte que hay que dominar. Ciertamente en la función notarial no pocas, sino muchas veces… es mejor decir que no.

  4. Lic Lourdes • 26 enero, 2016

    DECIR NO: el onceavo mandamiento del Abogado. ( yo lo pondré de primero) Gracias Herman.

  5. Alfredo Araya • 25 enero, 2016

    Excelente artículo del.Dr. Mora. Estudioso del.derecho.y apasionado del Derecho Notarial. Su trayectoria internacional demuestran la valía y compromiso en la mejora del.derecho a nivel latinoamericano. Excelente punto de reflexiòn!!!!!!!

  6. Nelly • 25 enero, 2016

    Un gran gusto leer siempre una nota redactada por el Lic. Herman Mora.
    Es de gran importancia saber decir NO y trabajar con principios siempre.
    Muchas gracias por sus consejos, los cuales espero seguir leyendo.

  7. Carolina Quirós • 23 enero, 2016

    Muy acertada su intervención don Herman. En definitiva y lastimosamente en muchas ocasiones los Notarios Publicos, obvian que dentro de nuestras funciones bàsicas esta el plasmar por medio de actos notariales el interés de las partes en el tanto éste no sea en contra de lo que nos establecen los diversos lineamientos previamente establecidos. Así mismo es importante destacar y recordar que parte de nuestras obligaciones como Notarios Públicos, está el brindar una asesoría a los usuarios en el tanto previamente se hayan realizado los análisis y estudios pertinentes, para determinar la viabilidad y legalidad del acto solicitado; esto sin comprometer nuestros principios ni poner en tela de duda el ejercicio de nuestra profesión por ganar algunos colones.

  8. Gabriela Jimenez • 22 enero, 2016

    Una excelente entrega realmente, nos invita a reflexionar y hacer un analisis sobre la asertividad en la funcion notarial, ya que es importante realmente, y mas cuando el acto solicitado es complejo ya que se debe tener en consideracion lo expuesto por S. Cosola los diferentes sistemas de notariado latino se van diferenciando entre si, y los antecedentes mismos los demuestran; pero el unico denominador comun y sin ponerse de acuerdo en este tópico es algo inaudito, pero es la deontologia notarial, ya que a todos los funcionarios que ejercen la funcion notarial se les pide una conducta moral irreprochable, de ahi que la sancion disciplinaria es la prueba de ello, como se veria expuesto desde las Siete Partidas de Alfonso el Sabio o bien en La Pena de los Jueces.

  9. jose carlos • 21 enero, 2016

    Hay que anteponer ante todo dos principios universales: principio de probidad y principio de obrar según ciencia y conciencia, teniéndolos claros y presentes siempre, se evitan muchos problemas.

  10. KATTY • 20 enero, 2016

    Nuevamente mi agradecimiento a don Herman por compartir estos consejos! Indudablemente saber decir NO es un pilar en la vida y más aún en nuestra función. Bendiciones.

  11. Melvin • 19 enero, 2016

    “MEJOR ES UN BOCADO SECO Y EN PAZ QUE UNA CASA DE CONTIENDAS LLENA DE PROVISIONES.” (Proverbios 17:1). Nuevamente acertada la entrega de don Herman. Tan excelsa es la obligación del notario de brindar el servicio que deriva de una potestad pública del Estado, como negarse o declinar de ello si no puede garantizar legalidad, validez y eficacia, porque el notario como “apéndice” o “extensión” del Estado en la función pública notarial le debe a la sociedad seguridad jurídica y paz social. El notario autentica y legitima (la ley no dice autentica “o” legitima), y en ese orden “jugársela” nunca debe estar en el pensamiento de un notario y mucho menos en el verbo. La necesidad, codicia, avaricia, envidia, afán de figurar, y hasta la vanidad, llevan al notario a aventurarse imprudentemente o prematuramente cuando fácilmente pudo y debió decir: NO. Sabia actualidad encontramos en el Proverbio.